lunes, 8 de diciembre de 2008

SER ESPECIAL (Parte 2)

La jornada había terminado, y de hecho podía sentir ese regocijo interior que conlleva el cumplimiento del deber. Una misión diaria exitosa se convirtió en una inexplicable sensación de congoja vagamente mitigada por un cono de helado, pues la cerveza y otras bebidas alcohólicas le estaban produciendo sendos dolores de cabeza, cada vez que el alcohol comenzaba a alienar su lucidez. Así que sólo esperaba llegar a casa para encender el televisor hasta quedarse dormido, Total, era viernes, sin embargo ¿Se le puede considerar “normal” a una persona que un viernes a las 7:30 p.m. ya se estaba yendo a la cama?, pues Manuel, nunca fue visto como un tipo normal.

Manuel nunca era consciente de la persona agradable que podría ser, siempre tenía ese sentimiento de ser un ser repulsivo y soso con su presencia bondadosa que tantas veces había sido malinterpretada, y otras veces ni tanto, pues ¿Quién garantiza que un muchacho de estos puede ser relacionado con la mera diversión?

Pero ese Nerd exterior era sólo una fachada, como cada ser solitario, Manuel tenía un un lado oscuro y bohemio, ya que en su forma de ser había una tendencia a la rebeldía y a la apatía hacia todo lo que aparentaba ser metódico. Y el citado hecho de que no preparara su trabajo en la víspera sino casi en la marcha, era una muestra de ello. Aun así en medio de esa mediocridad, florecía su brillantez, pues en realidad es difícil y arriesgado trabajar de ese modo e incluso acostumbrarse a ello, y fuera de eso, hacerlo bien.

Muchos comunes sujetos podrían mirarle por encima del hombro con sonrisa burlona, por su aparente solitariedad, pero este fabuloso farsante, aunque no había experimentado una sensación pura de enamoramiento, y al creer que no tenía posibilidad alguna con una mujer, ya había elegido llevar una vida promiscua, de comprar amores ya hechos. Inconcientemente, esta modalidad de vida sexual cada vez le resultaba más desabrida, decadente, sin sabor alguno. Su esencia bondadosa no le permitía permanecer conforme con toda suerte de amores artificiales, su inconciente le recalcaba la ausencia de un amor verdadero.

Una vez llegado a su casa, al encender su televisor, recordó el fin de semana inmediatamente anterior, en aquella casa de citas, cuando una tal Jenny le preguntó durante el acto “¿Ya te veniste?,” a lo cual él se veía forzado a mentir a aquella que trataba de dar lo mejor de sí para brindarle el mejor rato placentero, sin embargo esas mentiras no sonaban creíbles, a lo que ella, con la triste expresión facial marcada por la frustración dijo. “Tranquilo, las cosas son maravillosas si existe amor en lo que se hace, es lo más maravilloso, por lo tanto no te sientas mal por ello”
Asimismo, no era a Jenny la que iría a buscar en ese momento.
“Hagamos una llamada.” Se dijo a sí mismo.

Aunque desde hacía poco menos de 3 semanas había considerado conveniente sacarla de sus pensamientos, aun era Paola lo que le inquietaba, seguramente no le sería tan difícil encontrar alguien mejor, pero lo que estaba completamente seguro es que no encontraría ni amaría otra Paola.
Las razones que ella exponía a la hora de justificar no poder salir con él ya le empezaban a sonar a excusas, y cada vez le resultaba más razonable suponer el por qué ella ya quería sacarlo del camino, no obstante, esa razón todavía estaba clasificada dentro de la categoría de conjeturas, razón por la cual sintió que no había nada que perder con llamarla.

Una vez teniendo el auricular en su oreja, y al sentir que el timbre repicaba, comenzó a sentir los nervios de una primera vez. “Vamos, ni que fuera la primera vez que la llamas,” Se decía él tratando de darse ánimos a sí mismo y así evitar decir estupideces cuando tuviese su voz a la par.

Cuando le contestaron, saludó de manera formal más por el temor de confundir la voz de la madre de Paola que por su formación básica en normas de urbanidad. Por fin Paola estaba en línea, no notó una gran emotividad en la forma como ella saludó.
“Ahh, hola Manu," "¿Cómo has estado?", ¿Cómo vas en tu trabajo?"

Para lo cual él consideró justo responder sin demasiada efusividad, con un casi grosero: “Normal,” y que produjo una atmósfera de silencioso desconcierto entre ambos que duró alrededor de 5 segundos.

Luego, después del silencio, Manuel ameniza un poco más el tono de su voz para expresarle la razón de su llamada de la cual ni siquiera estaba seguro, pues se dio cuenta que ni siquiera se había tomado un tiempo para pensar en ello.

"Eeeejjmmmm.... Yo te llamaba para lo mismo de hace 3 semanas atrás y a lo que no pudiste acompañarme"

Cuando el joven estaba preparándose para una nueva excusa que seguramente su bella amiga le habría de expresar con el fin de evitar tan desabrido encuentro, su respuesta le resultó casi sorpresiva.

"Dime a qué hora y en qué lugar"

Dicha respuesta le forzó a pensar rápido, pues tampoco había dado un vistazo a su agenda, y así saber qué día de la semana le resultaría más conveniente para dicho encuentro. De repente sintió que sería buena idea acercar más ese encuentro puesto a que ella parecía estar presta.

"Domingo 2 p.m, en el lugar de siempre, ve lo más linda posible"

Esa última sugerencia, que a boca suya sonaba extraña, era para hacerle suponer a ella que era algo realmente importante para él.

2 comentarios:

Christophe dijo...

Muy atrapadora la historia, en algunas partes es inevitable sentirse identificado. Muy bueno tenerlo de vuelta, y veo que aunque se abandone este espacio por las obligaciones, es demasiado difícil dejarlo. Espero que tenga vacaciones y se ponga al día con el blog jeje.

Esteban dL dijo...

interesante historia... muy buena... me gusto mucho...
saludos disco... gran post