Henry, aquel recordado primo segundo, vecino de infancia, quien llegó a ser muy popular debido a sus dotes fútbolísticos y buena fundamentación lograda en las más costosas escuelas de fútbol, en las que sus abuelos pensionados no escatimaban gastar, puesto a que veían en él una promesa del fútbol que había que proyectar, y que cierto día decidió desistir de la escuela de fútbol, cansado de nunca ser tenido en cuenta para las preselecciones que su escuela hacía con miras a armar el equipo que los iba a representar en aquel famoso torneo infantil que en ese entonces se conocía como Baby-fútbol (Hoy: Ponyfútbol), encaminó por cuenta propia su destino; haciendo por todo el vecindario visitas puerta a puerta con el fín de reclutar gente para lo que iba a ser su "nuevo proyecto".
A medida que él visitaba uno a uno los hogares en donde hubiese un niño, al menos mayor de 9 años, encontraba un nuevo ayudante, producto de la expectativa y poder de convocatoria que resultaba siendo la maravilla que él pintaba como "su proyecto", tanto así que cuando por fín llamó a la puerta de mi casa, ya habían 5 pelaos mas acompañándole.Cuando abrí la puerta y lo ví acompañado de ese combo de pelaos, pensaba que era para tratar de persuadir a mi mamá (Que difícilmente me dejaba salir hasta la calle) con el fin de que me dejara ir con ellos a jugar un partidito a la cancha de "El Molino". Sin embargo era bastante raro que en vez de balón, llevaran un cuaderno con un burdo diseño de planilla trazado en sus hojas sobrantes.
"¿Y eso?", preguntaba yo refiriéndome al cuaderno."Es para ver si usted quiere ser parte de nuestro equipo de fútbol" Decía con mucho entusiasmo reflejado en sus ojos.
"¡Nah, qué vas a meter a ese pelao al equipo!". Renegaba Felipe "El melliso", que iba también en la cuadrilla."Es que aun no has visto jugar a A..." Decía Henry dirijiéndose a él , "yo ya he jugado con él en el colegio, y es buena defensa, hasta a mí me da lidia pasarlo"
"¡Qué va!, vos lo querés meter porque es primo tuyo, pero esa "nena" que va a saber jugar fútbol"Pero Henry siguió hablándome entusiasmadamente, sin hacerle caso.
"Mire, estoy haciendo este borrador para luego mandar a pasar la planilla a máquina y mandarla a COLDEPORTES, y nos asignen un grupo zonal, que si lo ganamos, entramos a una eliminatoria para clasificar a la fase final del Baby-Fútbol en la Cancha Marte I, del Atanasio Girardot. ¿Te imaginas?, salremos por T.V. Nos verán cazatalentos y quién quita que después de esto resultemos entrenando en las inferiores del Nacional o el Medellín. Entonces qué dice ¿Se le apunta?""¿Que si qué?, ¡Pues claro!", dije yo entre el entusiasmo y la duda, la misma que me hizo preguntar si era así de fácil armar un equipo.
"Mire, lo tengo todo controlado, yo ya hablé con Don Humberto (un viejo viudo, solitario, alcohólico, que tenía fama de ser la biblia del fútbol en el barrio), él será nuestro entrenador, además si Ud desea, también nos puede ayudar a conseguir tapas de Cerveza o Malta, pues sí reunimos 300 ó 500 (Qué sé yo), la cervecería nos dará dotación de uniformes. Así pues, de una vez le digo que mañana a las 9 en "El Molino" vamos a jugar un picao para ver el nivel en que estamos."Luego, al despedirlos en la puerta, mamá preguntó que a qué habían venido esos muchachos. Yo le dije que para inscribirme al equipo de fútbol y a decirme que había entrenamiento el día siguiente.
"Ud sabe que no me gusta que se junte demasiado con esos muchachitos, ni sueñe que lo voy a dejar ir". Como siempre, ella aguándome la fiesta.Afortunadamente, cuando le hablé de ello a mí papá, a él le pareció bueno, y fue de las pocas discusiones en donde él salió victorioso ante mi intransigente madre.
Al otro día madrugué muy contento a lustrar mis GuayiGol que desde hacía un tiempo tenía, pero que aun se veían como nuevos por el poco uso que les había dado. Luego, al salir de casa, veía a los muchachos que estaban reunidos en la esquina esperando a que llegaran los otros. Había al rededor de unos 8, llevaban sus tulas y un galón lleno de agua para refrescarnos durante la práctica.Cuando llegamos a la cancha, Henry, quien se las daba de más canchero, nos sugirió hacer una sesión de calentamiento y estiramientos, tal como lo hacen en las escuelas de fútbol en las que él ya había estado y que muy a regañadientes comenzamos a seguir, para que después de ello comenzáramos a ensayar centros y remates al arco y probar los reflejos de "Jimmy", un chico que en ese entonces parecía mostrar buenas condiciones para el arco, inspirado en su modelo a seguir e ídolo: Julio César Falcioni .
Después de que nuestro ágil guardameta nos fascinara con sus voladas de palo a palo, iniciamos la tercera fase de la práctica, la cual consistía en un "picao" 4 contra 4, a sólo 2 toques . Sin duda, estaba siendo una práctica amena y organizada, así no hubiese aun entrenador, le creíamos a Henry porque era el único de nosotros que había llegado a estar en escuela de fútbol y suponíamos que a ese nivel llegaríamos a ser tan buenos como él.
Desafortunadamente nuestra dichosa práctica llegó a privarse de su jovialidad con el arrivo de Felipe "El melliso", que llegó acompañado de un grupito de 5 grandulazos del sector de "La Cañada" (El más marginal de la comuna), que con sólo verlos y a la hora de compararlos con un gamín, éste último veíase como un indivíduo pulcro y sano.
"Vea Henry, estos son los manes que le decía, es que con estos pelaos que usted trajo acá, no hacemos un culo".
"Hágale pués, piquemos el otro y armemos un nuevo cotejo", Respondía Henry a "El melliso", como si su figura de líder cambiase de línea jerárquica ante la presencia de aquellos bravucones. Asi pues que al carajo se fueron el orden, la sana práctica, el cotejo a dos toques y el espíritu de equipo, pues todo se volvió una recocha, en donde golpes, insultos, risitas mariconas, bromas pesadas y toda suerte de patanerías era lo que proliferaba. No obstante, todos permanecieron ahí como disfrutando de esa catarsis, mientras que yo me hacía a un lado, guardaba los guayos en mi tula (Bolso pequeño que en esa época usaban los deportistas), y luego ponerme los tenis para emprender camino a casa.
"¡Hey, A...!" Llamaba Henry detrás de mí "¿Te vas ya?, ¿Por qué?"
"¡Ah!, es que no me gustan esos manes que trajo Felipe, veníamos lo más de bien entre nosotros hasta que esto se convirtió en un relajo"
"Mmm, vaya descanse, este sábado Don Humberto va a estar ya con nosotros dirigiendo la práctica, espero que también venga, porque según veo, le estás pegando bueno al balón, eso es importante". Decía él en tono amigable y comprensivo, mientras que atrás de él, Felipe "El melliso" gritaba: "¡Déjelo!, ¡que se vaya!, mejor, acá no nesesitamos niñas, jejeje".
Durante aquellos días, también colaboré ayudando a ir de tienda en tienda por el barrio recolectando las famosas tapas. Hasta que llegó el día de la práctica asistida por Don Humbero
Aquel día, cuando llegué a la cancha, encontré mucha gente nueva que había llevado el mismo Don Humberto para reforzar el equipo, también estaba Felipe "El melliso" con sólo 2 sólo de los gañanes del día anterior.
Por fín la práctica prometía que iba a ser seria y ordenada, desde el calentamiento hasta en la práctica recreativa, un picado 8 contra 9 (Éramos 17 los presentes) en donde a cada uno nos asignaron una función en el terreno de juego, en las que a muchos les costó adaptarse, ya que yo era el único (Excepto también por el émulo de Falcioni) , que no solía decir "Es que yo soy delantero", todos querían ser "delanteros".
Algunos se aburrieron y se fueron yendo, terminaban manoteándole al entrenador, los otros nos quedamos metidos en la práctica, la cual para mí fue menos difícil de lo que esperaba ya que las directrices que tenía que seguir, hacían mi juego un poco más fácil, aunque a la vez frustrante a la hora de soñar conquistar las redes del pórtico contrario: "Marque, quite, despeje" "Recupere y suelte, no se quede más de dos segundos con el balón, rótelo, hay que ser rápidos en el toque y la salida", "Tírese al suelo, escalone", "No me los deje levantar centros", "Hay que saltar", "Bótela, no la regale". Era lo que me gritaba el entrenador.
Estuve a punto de irme a los puñetazos con uno de los amigos de "El melliso", por haberle arrebatato el balón, en sendas planchas donde se la sacaba limpia, prefería braviar en vez de aceptar que sus intentos de gambeta eran algo predecibles, afortunadamente Don Humberto llegaba a tiempo para separarnos.
Hasta que la práctica se fue diluyendo en una modorra, producida por el mismo agotamiento, y por los 3 partidos simultáneos que jugaban en la misma cancha los numerosos invasores que empezaban a hacerse presentes. A fin de cuentas la cancha era un espacio público y libre.
Me desconecté del equipo durante los tres días siguientes, mamá me puso la condición de que si quería seguir jugando, tenía que quedarme toda la tarde haciendo tareas.
Era ya miércoles, y me encontraba en casa, ropiéndome el coco, con un taller de divisiones por 3 cifras. Hasta que alguien empezó a llamar a mi puerta ansiosamente, incluso a gritos:
"¡A...!, ¿estás ahí?, te tengo una sorpresa".
Mamá lo dejó pasar inquieta por el aspaviento, Henry entró a mi cuarto con una bolsa negra, que luego tiró a mi cama pidiéndome que la destapara.
"¿Así van a ser los uniformes?", Pregunté asombrado al ver el contenido de la bolsa.
"Ese es el uniforme, ¡su uniforme!... Mire, mi abuelo hizo toda la gestión, si viera el despelote que se armó cada uno a la hora de escoger el número de la camiseta, yo separé la 10 para mí, de hecho creo que no alcanzaron uniformes pa´todos, pero en caso tal habría que compartirlo, sin embargo ahí alcancé a rescatarle uno pa´usté sólo, y espero que le guste ese número."
El uniforme era hecho con una tela barata, se trataba de una camiseta verde a rayas verticales rojas, pantaloneta negra y medias verdes con una raya roja en el medio. Una combinación horrenda, según la opinión de muchos, y ¡ah!, por cierto, mi camiseta tenía el 14 estampado en la espalda.
"Mañana mi abuelo va a hacer la vuelta a COLDEPORTES (En realidad él no sabía si era esta entidad la encargada de organizar el certamen) para ver si ya inscribieron nuestra planilla, y qué zonal nos va a tocar, en 2 semanas quizá estaremos debutando" Dijo él antes de despedirse.
Durante ese intervalo de tiempo que nos separó del primer partido, sólo tuvimos una práctica, práctica en la que incluso mi papá fue a verme, pero en la que lastimosamente para él, no rendí mucho, cometí varios errores, me dejaban regado con más facilidad, pasaba largos ratos sin tocar el balón y hasta estuve inseguro y desconcentrado, eso me costó que no fuera alineado como titular en el primer partido.
El zonal sería dividido en 4 grupos de 4 equipos (16 en total) y nuestro cuadrangular se disputaría en el barrio Miraflores, una cancha afortunadamente no muy lejana, ya que estaba en la misma comuna. Los equipos a enfrentar en su respectivo orden eran. "Charcos del Norte" "3 Esquinas" (En muchos barrios populares de la ciudad, no falta un sector que se llame así) y "El Salesiano" y por supuesto nosotros nos hacíamos llamar: "El Molino F.C."
Mi papá también fue a ver el partido, así yo no estuviera en la titular.
Fue un mal partido, en donde nuestro equipo empezó impetuoso y anotó a los 2 minutos, todo pintaba bien, se veía que éramos muy superiores a los de Charcos en técnica y en juego, sin embargo se desperdiciaban oportunidades de manera increíble.
En el segundo tiempo, los papeles se invirtieron, y todo fue un monólogo del equipo contrario, el cual empató como a los 5 minutos, y cuando nuestro equipo se desbocó al ataque en procura de recuperar la ventaja, un cotragolpe letal por parte de ellos nos ponía el marcador adverso 1-2. Minutos mas tarde, en la única llegada al área nuestra del segundo tiempo, Henry se tira un notable piscinazo en el área y el árbitro fue el único que lo vio como penalty, casi se arma un escándalo, el mismo Henry cobra impecablemente y logra el empate. Después de eso no hubo argumentos siquiera para ganar, el equipo del Molino se partió, sólo "pata" era lo que se repartía, Felipe "el Melliso" fue expulsado y al útimo minuto una clara mano en nuestra área generaría un penal, que si no fuera por los reflejos de "Falcioni" Jimmy, habría sido una incuestionable derrota, aun así, en lugar de ellos fue un injusto empate.
Ya camino a casa, mi papá decepcionado, no sé si conmigo o porque no fui alineado, me dijo algo funesto: "No quiero vuelvas."
"Y por qué" Pregunté yo extrañado
"Es una pérdida de tiempo"
"Quizá me metan para los otros partidos"
"Eso no será así"
Y discutimos a lo largo del camino hasta que él remató con el siguiente argumento:
"No trato de desilusionarlo, sólo quiero que mire hacia otras cosas donde usted puede ser mucho mejor. Es cierto que le gusta el fútbol y por eso le he comprado balones, uniforme, guayos para que al menos pueda decir que lo practicó en la vida, pero creo que usted al igual que yo, debió notar que no nació para esto, y yo sé por qué se lo digo. Recuerdo la primera vez que le pusimos a su primo, el de Venezuela, un balón en los piés, con sólo 3 añitos parecía como si llevase toda una vida jugando al balón. Como la paraba, hacía la 21, gambeteaba a los más grandes, como si esa fuera la razón por la que él fue puesto en el mundo, en cambio usted, que aún siendo ya más grande, no ha aprendido a gambetear, le da miedo de los rivales más grandes, es tosco con el balón, torpe a la hora de correr y llevar el balón, lento por lo asmático que es y sin ninguna virtud natural, por más que intente no es capaz de hacerce más de 2 haciendo la 21, y si Don Humberto no lo puso a jugar hoy, fue porque no vio nada en usted. Vea, usted tiene su propia virtud, usted aprendió a leer a los 3 años y medio sin ir a la escuela, eso es en realidad para lo que usted nació, para ser un hombre de libros y letras, siga por ese lado y dedíquese de lleno a la escuela."
A pesar de los sollosos que me produjo tan sincera declaración, le creí.
Siguieron pasando los días y semanas, asi como el cuadrangular zonal seguía transcurriendo. Las veces que Henry iba con los demás muchachos a recogerme a la casa para ir a los entrenamientos, mi mamá lo devolvía diciéndole que yo estaba castigado, así que dejé de sentirme miembro del glorioso Molino F.C. y me dediqué de lleno a la escuela.
Recuerdo uno de esos sábados de ocio vespertino, llevaba puesta la camiseta rojiverde del uniforme, para no dejarla archivada y dejarla al menos como ropa de casa. Esa misma tarde, mamá me mandó a la tienda por leche y estando ya en la tienda, me encontré con el viejo Humberto, quien se encontraba allá tomando cerveza y que al verme con la rojiverde puesta se dirigió hacia mí diciendo socarronamente:
"Así que dejates la camisita pa´mantequiar en la casa y hacer mandaos"
"Ud no me puso a jugar, entonces para eso quedó destinada"
"Cómo quiere que lo ponga si Ud no volvió"
"Ud no me dejó jugar un sólo minuto en el primer partido"
"Es que a veces uno como entrenador no debe hacer cambios sólo por hacerlos, no decía nada un monstruo como Bochini en el mundial (del 86), quien se la pasó en la banca esperando un revés de Maradona, ¿no va a esperarse usted que no tiene ningún Maradona dentro del equipo a quien reemplazar?"
Aunque yo no sabía quien carajos era ese tal Bochini, le contesté:
"Deje de hablar carreta, Ud vio que soy malo y por eso no me puso"
"¡Jajajaja!, entonces si esa fuera la razón, los sentaría a todos, porque aquí entre nos, ahí no hay nada qué hacer"
Eso me inquietó hasta el punto de sentir deseos de preguntar por lo que me había perdido del equipo.
Me dijo, que con "3 Esquinas" se perdió 4-0, que ya estábamos eliminados, pues el equipo del Salesiano, que era un equipo serio, organizado y bien trabajado se clasificó por anticipado a la siguiente fase, derrotando 7-0 a "Charcos del Norte" y 4-0 a "3 Esquinas", y que al día siguiente a ese (Domingo), era nosotros quienes estábamos destinados para la 3ra goleada, pues para el mismo entrenador, éramos peores que los de Charcos.
Cuando me disponía a abandonar la tienda, Humberto me llamó y dijo: "Lo espero mañana, a las 2, creo que lo voy a necesitar".
Yo no le hablé a mis padres al respecto, de hecho tampoco tenía mucho interés en ir al partido que iba a ser de mero trámite, practicamente un amistoso. Pero al domingo siguiente, ya sin tareas por hacer en la tarde, una agónica aburrición se apoderó de mí, mis papás aún no llegaban del mercado, estaba solo en casa, así que prefirí una pela de mis padres para después de que llegara, en vez de quedarme encerrado toda la tarde. Saqué la rojiverde del monte de ropa sucia y decidí escaparme a la cancha.
Cuando llegué allá, el único en alegrarse fue Henry, quien cantaba: "Resucitóo, resucitóoo, alelluyah", el equipo se veía entusiasmado a pesar de eliminado, ya no estaba Felipe "el melliso", ni sus amigos de "La Cañada", sólo éramos 13 los presentes, "las nenas" (amigos de Henry) y los refuerzos que había llevado don Humberto para completar la plantilla, sin embargo éste tampoco me alinearia como titular, sólo me dijo que me estuviera tranquilo, que ya llegaría mi momento.
Recuerdo el discurso de la charla técnica: "Acá estamos los que somos, muchos se fueron ya porque no hay nada que hacer, y de hecho nada hicieron, creo que ya vieron lo que le pasa a un grupo anarquista en términos tácticos, la falta de orden y disciplina. Esa es la gran diferencia entre futbolista por vocación y el pendejo que sólo le gusta jugar "picaditos en la calle", ustedes demostraron ser ésto último y como vieron, no llegaron lejos. En cambio, los del Salesiano, son un equipo aplicado, disciplinado y nos lleva años luz a todos los de esta zona, son niños en su mayoría un poco más pequeños que ustedes, no hay braveros ni cancheros, ni mamones, ni patanes, y aún así saben jugar con unidad y hombría. Lo que nos falta a nosotros, pues todos quieren ser delanteros, nos desbocamos al ataque y el pobre Jimmy es el que resulta siendo el sacrificado, así que diviértanse, los quiero bien concentrados y despidámonos con honor siendo el único equipo que el Salesiano no goleó".
El juego comenzó y el equipo contrario se vio jugando parsimoniosamente, con la tranquilidad de estar clasificados, a veces querían mostrar su sobradez con taquitos y caños, y cuando llegaban a nuestro pórtico fallaban, ya que buscaban definir de chilena o de rabona. Entonces, al ver que El Molino F.C, estaba jugando en serio y que les estaba llegando, aceleraron un poco más, se les presionó en su propia zona, los defensores nuestros no descuidaron sus marcas, y el primer tiempo terminó con el marcador en ceros.
En el segundo tiempo, ellos salieron decididos a sentenciar pero se encontraron con mucha patada y juego fuerte de nuestro lado, el partido se puso caliente.
Debido al poco trabajo físico, nuestro equipo fue el primero en cansarse, los defensas llegaban tarde a los cierres y nuestro arquero comenzó a hacerse figura.
En los últimos 7 minutos, la resistencia del Molino F.C. fue por fín vulnerada en un tumulto que hubo en el área nuestra, después de un córner en donde uno de ellos la punteó y terminó mandándola adentro.
El viejo Don Humberto, se tomó la cabeza y se la-mentó, pues el ya estaba creyendo que el partido estaba ganable y que se estaban haciendo las cosas bien.
Nuestro equipo no pudo reaccionar, los ánimos decayeron y el segundo gol del Salesiano estuvo a punto de darse.
"No, ya, esto se acabó" Decía Don Humberto resignado, quien luego, al mirar a los 2 que aún estábamos en banca, clavando su mirada hacia mí, con algo de lástima dijo: "Pues, ahí pa´que no se quede sin jugar, caliente ahí mientras que el árbitro nos autoriza el cambio."
Y con todo el ímpetu empecé a remedar la forma como calentaban los fútbolistas que veía yo en televisión.
El árbitro dio la autorización faltando 4 minutos para el final del juego. "La chinga", el más correlón y carismático de nuestro equipo, mostró su frustración al irse del torneo sin marcar gol, tanto así que cuando le extendí la mano antes de que él saliera y yo ingresara, me ignoró.
"Don Humberto, ¿cuál es mi posición?" Pregunté.
"La que Ud quiera, después de todo, esto ya se va a acabar".
Así que me fui a hacer de 5to hombre en la línea defensiva.
¿Y a este por qué lo metieron?" "¿Sacaron a "la Chinguita" por meter a este petardo?" "Esta no es su línea vaya marque en otra zona". Era lo que me decían mis compañeros en la cancha. Sin embargo Henry me decía que tratara de recuperar un balón y que de inmediato se lo sirviera.
Un jugador del Salesiano me encaró, y yo, con mucha seguridad me le fuí en plancha, en la que magistralmente le saqué el balón limpiamente. El balón ya estaba en mi poder, pero con tanto grito a mi rededor me desorientaban: "¡Aquí, aquí!", "Véame", " Acá atrás"...
Ni siquiera levanté la vista, sólo traté de gambetear un rival quien fácilmente me la quitó.
"¡Ah, este mán sí no!, ¡por qué no me la pasaste!, estaba al lado tuyo" Increpaba uno de mis compañeros.
El árbitro ya miraba su cronómetro de reojo, el juego agonizaba, el otro equipo hacía mantenimiento al marcador con toquecitos en su propio terreno. Henry no se daba por vencido, y presionando, logró sacarle el balón a un volante salesiano el cual se vio obligado a faulearlo cerca al área.
El árbitro señaló tiro libre, Salesiano armó una barrera muy bien poblada, que hacía que a penas se viera el arco. Henry, quien se disponía a patear, decía:
"Estos manes no me dejan ver el ángulo donde la quiero enviar, necesito que alguien me ayude a mover la barrera, hagamos el laboratorio que Humberto nos enseñó en la última práctica, Andreson, ¿Ud hace el amague?"
"No, yo voy a ser el distractor, para luego habilitar a Estiven haciéndole pared y él defina"
"Entonces ¿Nadie pa´l amague?" preguntaba Henry ya con impaciencia.
"Si quiere yo le hago el amague" Dije yo, sintiendo mi poca contribución al equipo.
Todos asintieron. Ahora era yo quien estaba frente al balón, Henry me dio unas indicaciones que no entendí, el silbato sonó, los de la barrera sospechaban que íbamos a salir con un laboratorio y empezaron a mirar a todos lados buscando quien les podía sorprender en sus narices. Emprendí carrera hacia el balón y al percibir lo prevenidos que estaban los jugadores contrarios, empecé a creer que ese laboratorio no iba a funcionar, así que en vez de dar una falsa patada al balón, en milésima de segundo, decidí cambiar de intención e imprimirle un buen puntazo que hizo pasar el balón raudo por encima del hombro de uno de los de la barrera. El arquero de ellos sólo pudo ver estático sobre su línea de meta, como lejos de su alcance el balón ingresaba para luego ir a recogerlo al fondo de sus piolas.
9 comentarios:
Sublime don Disco, junto con el de la compañera, los relatos que más me han gustado.
Yo también de pequeño jugaba mucho fútbol, pero a nivel entretenimiento barrial, y pues al igual que todos que sueñan con la ilusión de delanteros, pero en mi caso creo que no era malo y aunque no tenía gambeta ni habilidad, era efectivo. Tal vez por la actitud tímida y callada, muchas veces lo relegaban a uno a la desestimada posición de defensa central, la cual intercalaba con la delantera donde me iba bien. Pero igual eso no pasó de ahí, mero entretenimiento, mi hermano y hasta mi papá alguna vez jugó con nosotros, pero al único que le quedó el fútbol impregnado fue a mi. Creo que el barrio se fue dispersando y una mudanza hizo que se perdiera la costumbre de jugar seguido, de ahí en adelante a pesar de que en el fútbol como en otras cosas, siempre queda algo que no se olvida, me iba bien cuando jugaba de delantero, pero la condición física era (y es) muy escasa. Así que uno mismo se relegaba y ante la abundancia de delanteros uno optaba por quedarse en la defensa.
Creo que todos a los que nos gusta el fútbol hemos soñado que pasaría si se hubiese sido futbolista profesional.
Pd. Qué uniforme tan feo, de solo imaginármelo es suficiente.
y gooooooooooooooooooooooool...........siiiiiiiiiiii nuestro queridisimos j.a. arango ha salvado el orgullo del equipo!
jejeje... ve? esos son los goles de la vida!
no puedo creer que me lei todo el post jeje
un abrazote! por que no prueba participar en un equipo ahorita? algo por diversion, eso de que las cosas no son para uno no debe impedirnos de disfrutarlas y mucho menos si lo dicen otros... claro hay que cosas que uno dira ay ya pa q! pero una cosa es disfrutarlas "de forma amateur" y otras dedicarse a ellas...
vea si ud se dedicara al futbol tendria que estar paranoico cuidandose de una lesion y todo eso... asi esta mas libre, juegue y practique por gusto no por obligacion...
un abrazote gigante! para mi, es un campeon, leyo bien? CAMPEON!!!
bueno me despido, cuidate muchoooo
pd: con respecto a las entrevistas, creo q hay tecnicas sencillas para ser usadas en esos casos, creo tambien que existe algo llamado programacion neuro linguistica que lo puede ayudar con eso... y si no pues queda la honestidad y sinceridad jeje en mi caso cuando entre a la entrevista (una de las etapas de seleccion) me preguntaron como esta? me sonrei y le dije un poco nerviosa y por ahi me dijeron que no, que tranquila y empiezan a hablar de lo que se supone es el asunto, creo que lo mas importante es no mostrar mucha ansiedad por lo q se busca y hablar claramente de quien es uno (lo positivo y lo negativo) y de como soluciona los problemas con sus propias herramientas ;)
ah tambien ayuda hacer un curriculum completo, con cursos y talleres, tambien objetivos profesionales y si tiene actividades extras (deportivas o culturales) agreguelas.
mucha suerte! =D
ash! se me olvidaba... si, habia escuchado algo similar llamado tamales pero nunca los he visto ni probado jeje
Hoy día sólo juego Fútbol sala en la universidad, donde hago de defensa, aunque las veces que he bajadoa ser volante armador, no lo he hecho mal. Con mis primos (Menores) juego en el barrio también, soy lider, me tienen mucha confianza, soy quien cobra los penalties, y armo el equipo desde atrás, como siempre. También hago muchos goles, Tanto en el arco contrario como en el propio.
AH! QUE BUENO! ;) ME ALEGRA ESO =D
goleadoor, goleadoor, disco goleador, oooooooh, goleador, disco goleador!
yo entrene en una escuela de futbol de comfama, donde entrene durante algunos años, alcance a jugar en la marte, pero un torneo chichipato llamado copa gatorade, odnde fui suplente el primer partido donde nos pelaron 5-0,en el siguiente partido jugue de titular y en el primer tiempo me sustituyeron y perdimos, ya para el ultimo partido, ya eliminados, jugando por el honor, arranque de suplente y me entraron para rematar el partido, hize una de las mejores jugadas de mi vida, me llega un balon al borde del area, remate, y el balon vaya uno a saber porque, formo una curva, que resulto en un pase atras a un compañero, que tiro ocn fuerza, el portero dio rebote, y nuestro delantero estrella metio el segundo gol, para nuestra unica victoria 2-0, despues de eso segui un par de años, y ocn 13 años, me retire de esa escuela, por falta de ganas, me desempeño en la parte defensiva en los partidos de futbol 5, muy lejos de aquel anhelo dei nfante de ser julbolista profesional.
gran post, la sacaste de estadio.
FELICITACIONES!, tan chevere que es meter un gol.. y que te dijo tu papa cuando le contaste?
:)
XTOPHER: Gracias al Color del uniforme, nuestros rivales se burlaban diciéndonos "El equipo navideño"
SARA: Ya le contesté
DAN: al menos usted jugó en la marte, yo nunca en mi vida jugué sobre césped, la canchita del zonal era arenilla.
BEATRIX: Bienvenida, antes que nada. A ver mis papás esa tarde estaban muy enojados porque me les había escapado, pero después de eso llegué acompañado de dos muchachos del equipo y Don Humberto, para ellos decirles a mis padres que me siguieran apotyando en lo del fútbol y que yo anoté el gol que nos salvó de la derrota, mi papá no se la creyó.
"El que debe debe dejar de ir soy yo ya que soy la sal de este muchacho" dijo él.. Jugué fútbol hasta los 15, me retiré, me dejó de gustar y a los 25 (Hoy tengo 27) volví pero al fútbol sala.
Este post quedó más largo que un partido de supercampeones, con ese gol se consagro como futbolista, lo más probable es que no pudo seguir con su sueño futbolistico porque el dia del partido estaba Pucceti o Bonnet y le echaron la sal
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