miércoles, 23 de enero de 2008

SENTIMIENTOS A-CORAZA-2


Ceñudo se debió ver mi rostro después de aquella función teatral, pues además de larga como un dolor intestinal, resultó siendo siendo un suplicio para la paciencia. Qué vergüenza, no es que sea un tipo inculto, pero Copenhague es una de esas obras en las que alguien quien quiera iniciarse en el teatro, no encuentra la mejor iniciación.
Pero por fín estando afuera, y cuando creía que el Friz iba a estar cerrado, ya que eran más de las 21:00, además de que no debía demorar demasiado a la niña ya que ella vive a las afueras de la ciudad y el transporte a esas horas no es que sea tan asequible, encontré que el sitio en cuestión estaba aún abierto, total, era viernes, donde la noche siempre es joven.
No estaba de más hacerle la invitación, quizá podría ser la última vez en tener la oportunidad, y fue así como con cierto recelo aceptó pese a lo avanzado de la penumbra.
Estando ya dentro del lugar, la chica que atiende, nos toma el pedido, y después de hacerlo, le pedí a mi acompañante que me esperara un momento, pues había olvidado pedir algo más.
Al regresar yo a la mesa sólo podíamos mirarnos y hablar vagamente de lo que fue la obra, no sé si sus palabras eran diplomáticas o sincera su apreciación, de todos modos no importaba.
El instante se había convertido en un mundo de sólo dos personas, un instante que sólo una seria anomalía podía interrumpir.
Todo un més añorándolo, planeando lo que iba a ser mi modo de proceder, y con toda la vía libre para efectuar el primer paso, me veo inmerso en un espeso formalismo. No creo que se trate de cobardía, se trata de algo que se le llama "Baja autoestima". No sé por que suelo pensar que soy un ser repugnante, creo que las cicatrices que me han dejado los golpes que me ha dado la vida, las cuales me han vuelto un ser abominable, no son sino fruto de mi intrincada imaginación.
A eso se debe esa autocohibición, en pensar que todo lo que me rodea es bello y que yo soy lo más vulgar entre ello. Además de lo pesada que ha sido para mi la chapa de "tipo (supuestamente) intelectual y ordenado", y terminar acabando con esa imagen ante una actitud desenfocada e inmadura, fuera de contexto, además de la amarga sensación de sentirme rechazado.
¿Acaso debo seguir siendo un elemento pasivo del mundo, presenciando sus maravillas, sin tener derecho a ser partícipe de ellas?
Soy tan sólo un ángel cuya misión es preocuparme por el bienestar de muchos, donde las alabanzas a mi altruismo han de ser mi mayor recompenza, y terminar siendo el mejor amigo de muchos(as), persona respetable, digno de una sonrisa grata para el saludo, y también logrando la confianza de ellos, sin que se preocupen que algo malo pueda salir de mí hacia ellos. Algo que puede ser un gran recurso si se hace sagaz uso de ello y una maldición si terminas arropandote con dicha confianza, pues te pueden tomar como un ser pendejo y eunuco.
¿Qué hay de pecaminoso, si aquel rapaz, con cara de seminarista virginal, que hasta quizá despierta sospechas de que cierta maricada ha de tener, deje de ser ese manso gatito, y termine evolucionando a león de poderoso rugir?.
Seguramente terminaría siendo un animal tosco, con un hambre que va más allá de cualquier sutileza y que consigue estrellarse contra una dura y fría pared, percatándose que está atrapado en un mundo al que en realidad no pertenece y que todo aquello que vio era tan sólo una proyección cinematográfica, una ilusión óptica.
Pero en realidad estaba en el Friz, donde preparan las mejores copas de helado y los mejores waffles con crema, en frente de un ser real, que me habla si le hablo, que me mira a los ojos cuando me escucha, que sonríe... No sé si pensar si ella está ahí por mí, porque me quiere conocer más allá de lo que superficialmente me conoce, o simplemente por tener una simple diversión, y quién mejor que con alguien que tiene la apariencia de no sobrepasarse: "Un tipo sano, formal que gusta de obras de teatro aburridas".
En cuanto yo, no estoy allá más que por mi interés hacia ella, y es increíble como ver que a sólo medio metro de distancia que separa nuestros rostros, sienta una distancia galáctica, de años luz. Dos mundos distintos, dos planetas distantes.
Debido a la carencia de algún tópico banal sobre el cual discernir, ella decide entretenerse con los juegos de su teléfono celular mientras que yo veía como aquel aparatejo terminaba imponiéndose en mi vía de comunicación, robándome la atención de sus ojos.
Pero luego, tratando de hacer mis movimientos lo menos torpes posible, la mano que ella tenía desocupada es aprehendida entre las dos mías, y empiezo a exorcizar toda esa ternura reprimida con caricias, fijando mi mirada sobre las tres manos que delicadamente se agasajaban. No quería levantar la vista, no me quería encontrar con una mirada repulsiva. Sentía la paulatina distención de su ser, así como el pequeño aparato móvil caía reposando sobre la mesa, "Te vencí aparatejo maldito", me decía en mis fueros.
El silencio parecía ser un ostetoscopio que dejaba oir las pulsaciones del corazón, no sé si el mío o el de ella, hasta que se vio roto cuando llegó el pedido con la copa de helado y los waffles.
La copa de helado iba adornada con una velita, un pequeño globito y una veleta miniatura.
"Feliz cumpleaños, señorita" Dijo la chica del lugar.
"Yo no estoy cumpliendo años hoy, eso fue anteayer" Repondió ella y luego la mesera continuó diciendo:
"Es que para su novio, su cumpleaños es tan importante que no basta con celebrarlo un sólo día sino toda la semana."
Sonrío mirándome, al escuchar eso de "novio", luego abre sus brazos hacia a mí y apretándome entre ellos dijo: "Gracias J... qué lindo detalle", y apachurra sus labios sobre mi cara.
Desde entonces no he vuelto a salir con ella, mientras que yo sigo acá, en mi mundo desabrido, en mi coraza, a la espera de otro momento, donde en realidad valga la pena salir al mundo real, aquel mundo donde sólo existe gente loca.

4 comentarios:

Christophe dijo...

Grande don Disco, la forma de relatar, y pues casi que plenamente identificado. Debe tener en cuenta que a pesar de todo sale a relucir la recursividad y no se deja vencer fácilmente de las cohibiciones que uno mismo puede llegar a crearse. El problema de muchos es pensar demasiado, no solo demasiado mucho más de la cuenta, lo suficiente para adentrarse en un mundo donde se hacen las cosas más difíciles, que visto desde afuera puede ser algo incomprensible, pero desde adentro es tranquilo y lleno de una imaginación perturbadora.

E.M. Acosta Bolívar dijo...

Asssshhh!!! que detallazo!!!

tambien se lo q es pensar de mas...

pero bueh... hay que aprender a convivir con uno mismo y tratar de dominar a los demonios que mas nos joden, quizas no es necesario desterrarlos sino hacer una especie de tregua con ellos.

insisto... lo del helado y eso de celebrarlo toda la semana fue un detallazo... un gol pues ;)

saludos.

Beatrix dijo...

Una vez lei algo de un tipo que se encontró una muchacha divina de la prehistoria dentro de un cubo de hielo, queria sacarla pero no sabia con que, busco una oiedra, un martillo, un soplete, y nada le parecia adecuado, al final fue a buscar un picahielo y no se dio cuenta que ya el bloque se estaba deshaciendo al regresar la muchacha ya se habia ido, y todo porque el no supo romper el hielo..
es un poco bobo pero aplica, la vida está en otra parte decia kundera en su novela, solo hay que buscarla..
Bacanisimo el relato..

Don Ramón dijo...

Identificado 100% con la historia y la forma de relatar los hechos hacen que uno tenga la misma clase de sentimientos que se manifestaban a lo largo de toda la historia
Tiene es que dejar esa pensadera que no lo lleva a ningún lado y lo pone a dudar sobre que acciones realizar pues como dicen una de las leyes de Murphy "No se preocupe por lo que la otra persona piense de usted pues ella está pensando exactamente lo mismo".
Tenga en cuenta que ya hizo lo más difícil que fue la invitación a salir y que ella aceptara, no se puede venir a complicarse la vida por algo que es relativamente más facíl